En ti hay una fuente inagotable de energía
transformadora, capaz de transmutar toda energía de baja vibración en energía
positiva, brillante, vibrante, constructiva.
Nunca eres víctima de nada, todo lo que llega a ti
tú mismo lo atraes, para tu mayor crecimiento, para que descubras tus dones,
para que enmiendes caminos errados. Para que conectes más con tu verdadera
esencia, la fuente de tu Luz... la fuente de la Luz de toda la existencia.
Cada evento en tu vida tiene un sentido
trascendente. No te sientas víctima, eso sólo disminuye tu sensación de fuerza,
porque en el rol de víctima estás disminuido y hay algo superior a ti que te
domina. Nada es superior a ti. Eres toda la fuerza, toda la Luz, eres Dios en
acción, Dios encarnado en la Tierra.
Ejerce tu poder. Transmuta la oscuridad, en ti y
en lo que te rodea. Puedes hacerlo.
Envuelve en luz violeta transformadora todo lo que
quieras subir de vibración, cambiando su polaridad de negativo a positivo.
Pensamientos, situaciones, miedos, personas, lugares.
Envía luz azul a lo que quieras proteger de bajas
energías e inúndate de luz azul para aumentar tu poder. Puedes usarlo como un
escudo.
Envía luz rosa donde quieras llevar Amor, la más
alta vibración, la energía que conecta a toda la creación y nos hace Un sólo
Ser.
Con cada uno de nuestros pensamientos, se generan
colores y ondas que dichos pensamientos emiten desde el cerebro al organismo.
Lo mismo ocurre con cada una de nuestras acciones. Todos nuestros pensamientos
y actitudes entonces, tienen incidencia directa en nuestro cuerpo físico y
etéreo. Una persona puede así sanar o enfermar, concretar sus deseos o apaciguarlos
hasta dejarlos dormidos... Se trata entonces de no darle poder a nadie ni a
nada. Sino de convertirnos en personas capaces de enfrentar y sortear a los
obstáculos con determinación y optimismo.
Esta determinación
es lo que nos diferencia y nos hace libres verdaderamente. Una forma más de
hallar a la divinidad que nos comparece dentro del ser... Terapeuta Mariela
Pignataro.