Cuando carecemos de aceptación, es como si tuviéramos los puños cerrados. La aceptación es apertura, es abrir los puños, colocar las palmas de las manos hacia el cielo en señal de estar listos para recibir... Cuando tenemos las manos abiertas el cielo nos envía un sin fin de bienaventuranzas... Es por eso que "soltar" es recibir...
Mariela, desde mi Jardín...
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