Esta es una historia, que narran las ondinas, en días de primavera, cuando transcurren las lluvias que dan paso al arco iris...
Ellas cuentan que del Amor etérico entre dos seres nació Ebnax, el hada espejo... su lugar de juegos fue el gran bosque de arrayanes al sur del imponente volcán de la verdad.
Allí creció junto a otras las hadas. Actuó los mandatos y las reglas establecidas para las demás hadas, pero se sentía tan multifacética ...
Creía que podía ser flor, sol, manantial, ardilla, árbol, solo porque se hacia una con la imagen que estos proyectaban en la superficie de su cuerpo, sus ojos y su mente, estaban convencidos que ella era todo aquello y mucho más... porque en cada reflejo ella percibía la luz y la sombra, el Amor y la falta de este, la bondad y la maldad.
Se mirase donde se mirase, esta dualidad aparecía.....
Año tras año, esta ilusión crecía, sostenida por el reflejo de todos los seres con quien ella contactaba.......
Comenzó a notar que las demás hadas se resolvían a ser, a manifestar su esencia he irradiarla... mas ella solo irradiaba el reflejo de los demás.....
Esta era su prisión... esta era su dualidad...
Su ilusión más grande sostenida por ella misma. Este contraste con las demás trajo la gran pregunta ¿Quién soy? ... su incapacidad para responder hizo que le preguntase a todos los seres que la rodeaban ¿Quién soy? Las repuestas que obtenía eran, la imagen de un pájaro o de una puesta de sol, o una flor. Cansada, detiene su búsqueda y en el silencio, el dolor que sentía muy dentro, emergió, provenía de un lugar que no conocía, hasta entonces. El dolor se manifestó en llanto y comenzó llorar..... Lloro por días, semanas, meses...
Sus lágrimas se transformaron en un lago cristalino...
Ebnax se vio por primera vez en la superficie del lago, que tenia la cualidad de reflejar a otros... se pudo ver y saber a tiempo que ella no era el lago, pues este brotó de sus ojos...la alegría y el amor que esto le produjo creo una chispa de conciencia que se expandió en su corazón... así toda su fisonomía cambio, su piel se tiñó de azul, desde entonces para ella, el color de la verdad, su pelo de rojo, el color de la pasión y sus ojos verdes, el color de la esperanza......
Enseguida conectó con aquella parte de sí que la había transformado, el sentir de su corazón, que es amor…por fin se halló dentro de sí, en el lugar donde habitaba la verdad. Los que la están buscando dicen que revolotea, sopla y se agita en el sentir de cada mortal en busca de su verdad...
Dibuja mapas, deja pistas para que estos encuentren el tesoro de su existencia, anidado en el cofre de su corazón, donde la chispa divina esta instalada. Parece ser que algunos de estos mortales se están allí instalando... cuando esto ocurre hay una gran transformación. Algunos de los azules han quedado, pues en verdad se han transformado, recuerdan que la primera pista que siguieron es su sentir y que al elegirlo y elegirse una y otra vez las demás claves del camino por arte de esta magia se recrearon...
Todo esto llega a nuestros oídos un día de primavera, en que estuvimos dispuestos a oír las ondinas, mientras transcurrirían las lluvias que dan paso al arco iris...
Relato de Gimena Iparraguirre.
Ellas cuentan que del Amor etérico entre dos seres nació Ebnax, el hada espejo... su lugar de juegos fue el gran bosque de arrayanes al sur del imponente volcán de la verdad.
Allí creció junto a otras las hadas. Actuó los mandatos y las reglas establecidas para las demás hadas, pero se sentía tan multifacética ...
Creía que podía ser flor, sol, manantial, ardilla, árbol, solo porque se hacia una con la imagen que estos proyectaban en la superficie de su cuerpo, sus ojos y su mente, estaban convencidos que ella era todo aquello y mucho más... porque en cada reflejo ella percibía la luz y la sombra, el Amor y la falta de este, la bondad y la maldad.
Se mirase donde se mirase, esta dualidad aparecía.....
Año tras año, esta ilusión crecía, sostenida por el reflejo de todos los seres con quien ella contactaba.......
Comenzó a notar que las demás hadas se resolvían a ser, a manifestar su esencia he irradiarla... mas ella solo irradiaba el reflejo de los demás.....
Esta era su prisión... esta era su dualidad...
Su ilusión más grande sostenida por ella misma. Este contraste con las demás trajo la gran pregunta ¿Quién soy? ... su incapacidad para responder hizo que le preguntase a todos los seres que la rodeaban ¿Quién soy? Las repuestas que obtenía eran, la imagen de un pájaro o de una puesta de sol, o una flor. Cansada, detiene su búsqueda y en el silencio, el dolor que sentía muy dentro, emergió, provenía de un lugar que no conocía, hasta entonces. El dolor se manifestó en llanto y comenzó llorar..... Lloro por días, semanas, meses...
Sus lágrimas se transformaron en un lago cristalino...
Ebnax se vio por primera vez en la superficie del lago, que tenia la cualidad de reflejar a otros... se pudo ver y saber a tiempo que ella no era el lago, pues este brotó de sus ojos...la alegría y el amor que esto le produjo creo una chispa de conciencia que se expandió en su corazón... así toda su fisonomía cambio, su piel se tiñó de azul, desde entonces para ella, el color de la verdad, su pelo de rojo, el color de la pasión y sus ojos verdes, el color de la esperanza......
Enseguida conectó con aquella parte de sí que la había transformado, el sentir de su corazón, que es amor…por fin se halló dentro de sí, en el lugar donde habitaba la verdad. Los que la están buscando dicen que revolotea, sopla y se agita en el sentir de cada mortal en busca de su verdad...
Dibuja mapas, deja pistas para que estos encuentren el tesoro de su existencia, anidado en el cofre de su corazón, donde la chispa divina esta instalada. Parece ser que algunos de estos mortales se están allí instalando... cuando esto ocurre hay una gran transformación. Algunos de los azules han quedado, pues en verdad se han transformado, recuerdan que la primera pista que siguieron es su sentir y que al elegirlo y elegirse una y otra vez las demás claves del camino por arte de esta magia se recrearon...
Todo esto llega a nuestros oídos un día de primavera, en que estuvimos dispuestos a oír las ondinas, mientras transcurrirían las lluvias que dan paso al arco iris...
Relato de Gimena Iparraguirre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario