Oportunamente has de saber que existe dentro de ti una magia muy especial, que otros seres han puesto en ti, dentro de tu propio ser, el don de ser un mago. La magia no es solo una ilusión, es mucho más que eso. Todos podemos ser un gran mago. Solo debemos saber encontrar la poción mágica dentro de nosotros mismos. La magia del encuentro con nuestro propio ser, la magia de la escucha, del entendimiento, la paciencia, la magia de hacer que otros seres encuentren su propia magia; la magia de encontrar paz y de saber repartir tus dones…
Para ello deberás agradecer al creador todas las mañanas el maravilloso misterio de la vida que te ha regalado; buscarás en tu propia realidad el aprendizaje de conocerte y reconocerte con tus virtudes y defectos; con tus aciertos y con todo aquello que no lo son tanto… Con aquellas cosas que te agradan de ti mismo y aquellas cosas que no te hacen sentir tan cómodo cuando tu carácter las deja aflorar… Luego, una vez que te reconozcas, colocarás en una balanza todos tus pensamientos y actuaciones positivas frente a los demás y desecharás todas las malas acciones… Colocarás también tres latidos de tu corazón, unas gotas de tus lágrimas de emociones pasadas… No olvides mezclar con paciencia, tres palabras dulces a un niño desamparado, un puñado de caricias a tu ser amado, cuatro o cinco pétalos de tu flor preferida para hacer que tu mirada siempre pueda florecer en la esperanza de un mundo mejor… Y por sobre todas las cosas saborizarás la pócima con una porción abundante de respeto hacia los demás seres vivos; personas, animales y plantas de este amado universo.
Cuando logres ese reconocimiento de ti mismo y de la propia naturaleza, habrás encontrado al Mago que llevas dentro escondido esperando ser hallado… Apresúrate! Ya es tiempo…
Mariela, Desde mi Jardín.
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