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En este Jardín de Aromas, los sueños se vuelven realidad... Gracias... por formar parte de mi Jardín!!

martes, 17 de agosto de 2010

Nuestra Verdadera esencia…



“Conócete a ti mismo”. Estas eran las palabras que aparecían escritas en la entrada del templo de Apolo en Delfos, sede del Oráculo Sagrado. Los habitantes de la Antigua Grecia visitaban el oráculo con la esperanza de descubrir lo que les deparaba el destino o lo que debían hacer en una determinada situación. Es probable que, la mayoría de los visitantes leyeran esas palabras al ingresar al templo sin darse cuenta que apuntaban a una verdad más profunda que cualquier otra que el oráculo les pudiera indicar. Quizás también hubiera pasado desapercibido para ellos el hecho de que, independientemente de la magnitud de la revelación recibida, en última de nada les serviría ni los salvarían de la infelicidad y del sufrimiento provocado por ellos mismos si no encontraban la verdad oculta en esa frase: “Conócete a ti mismo”. Esto significa, entonces, que el primer cuestionamiento que debemos hacernos es: “quién soy yo”?...



Muchos de nosotros podrá responder haciendo referencia de nuestros nombres, ocupación, historia personal, la forma de nuestro cuerpo, o señas particulares… Otros parecerán más evolucionados y podrán decir que son espíritus o almas inmortales…. Pero realmente, nos conocemos a nosotros mismos?...El conocimiento profundo de nuestro ser no tiene nada que ver con las ideas que vagan en nuestra mente. Conocernos a nosotros mismos implica estar concientes de nuestro SER, reconocer lo que nos hace estallar de bronca y modificarlo, lo que nos hace contestar mal y modificarlo, lo que nos hace sufrir y modificarlo, aceptándolo, aceptándonos y aceptando a los demás…



Adaptado por Mariela, extraído de “Una nueva Tierra”.

1 comentario:

Alicia dijo...

La primera pregunta ¿quién soy? al hallar la respuesta, el alma encuentra serenidad.
saberse uno con el Uno y con el todo, reconocer que el Amor, la perfección, la luz brillan, en nuestro corazón y son el verdadero motor de la vida, nos lleva a ser responsablemente amorosos y pacientes.
Hermosa entrada, gracias por proponernos la reflexión.
Un beso...