Haz la inversión: Amar lo que es (Última Parte).

"Reflejos"

La indagación combinada con la inversión es el camino más rápido para llegar a comprendernos a nosotros mismos.

Con este propósito, escribe de nuevo tu afirmación. En primer lugar, escríbela como si la hubieses escrito sobre ti. Donde has puesto el nombre de la persona sobre la que estás hablando, pon el tuyo. En lugar de «él» o «ella», escribe «yo». Por ejemplo: “Pablo debería ser amable conmigo» se convierte en: “Yo debería ser amable conmigo misma” y “Yo debería ser amable con Pablo”. Otro tipo de inversión es la de 180 grados. Con ella conseguimos el extremo opuesto: “Pablo no debería ser amable conmigo”. No debería serlo porque no lo es (es la realidad). No es una cuestión de moralidad, sino que sencillamente es verdad. Quizá llegues a descubrir tres, cuatro o incluso más inversiones posibles para una sola afirmación. O tal vez sólo haya una que sea verdadera para ti.

 

Considera si la afirmación invertida es tan verdadera como (o incluso más verdadera que) la original. Por ejemplo, la inversión “Yo debería ser amable conmigo misma” parece tan verdadera que la afirmación original, porque cuando pienso que Pablo debería ser amable conmigo, me enojo y me lleno de resentimiento, y de este modo, me provoco mucha tensión nerviosa. Esto no es ser amable con uno mismo. Si fuese amable conmigo misma, no tendría que estar esperando la amabilidad de los demás. «Yo debería ser amable con Pablo»: esta inversión también es, al menos, tan verdadera como la afirmación original. Cuando pienso que Pablo debería ser amable conmigo y me enojo y me lleno de resentimiento, y en mi mente lo trato mal. Mejor empezar por mí misma y actuar como me gustaría que actuase Pablo. La inversión es una parte del ejercicio muy poderosa. Mientras pienses que la causa de tu problema está “ahí fuera” mientras pienses que cualquier persona o cualquier cosa es la responsable de tu sufrimiento-, la situación es irremediable. Significa que te sitúas para siempre en el papel de víctima, que estás sufriendo en el paraíso. De modo que empieza a llevar la verdad a casa y a liberarte.

Ya no es necesario esperar a que la gente o las situaciones cambien a fin de experimentar la paz y la armonía. Trabajar sobre ti mismo es la manera más directa de ser el artífice tu propia felicidad…

Éxitos!... Tú te lo mereces… No te lo pierdas!!...