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viernes, 22 de octubre de 2010

Sobre el sosiego y la quietud del espíritu…


Hace siglos, los Padres del desierto vivían conducidos por este principio de sabiduría: Fuge, tace, quiesce: (“Huye, calla y reposa”).

Desde la perspectiva de quienes elegimos contemplar la vida diaria, se podría traducir de esta manera: “Huye de la dispersión, de la superficialidad, sosiégate, serénate y serás conducido a la quietud del Espíritu”.

¿Qué significa esto?... Que para que las riquezas de nuestra esencia puedan inundar nuestras vidas y la de los demás, debemos tener una actitud de sosiego y serenidad “HUYENDO” del mundo actual que todo el tiempo nos invita a movernos permanentemente, inquietos, consumistas, llenos de stress, de presiones, nerviosos y muchas veces fuera de control. Este “huir” del mundanal ruido, esta señal de “stop” que nos ayudará a detenernos a observar y a meditar, nos llevará al encuentro del “SOSIEGO y la SERENIDAD” y a través de ese camino hallaremos la tan ansiada “QUIETUD” del espíritu… Todas estas palabras parecen muy complejas, pero en realidad hay pequeños detalles que podemos cuidar para lograrlo. Comencemos por cuidar el lugar donde vivimos, muchos de los ruidos y las tensiones que nos rodean son controlables. En tu casa, en el trabajo, en tu vida cotidiana pueden disminuirse los ruidos para construir un ambiente más sereno, relajado y acogedor.

Una habitación ordenada, aromatizada, el detalle de una flor, una suave música, etc. Son medios muy eficaces para vivir en una ambiente sereno y sosegado. Otra alternativa es soltar las tensiones musculares, hacerse un pequeño tiempo diario para el ejercicio corporal, cuidarnos en las comidas y bebidas nos equilibran y nos hacen descansar mejor. Recuerda el cuerpo es la cara del espíritu, cuanto más saludables nos veamos por fuera, más fácilmente se translucirá nuestro espíritu… Llegamos así al sosiego psicológico, esta es la armonía de todas nuestras facultades… fruto de ser consiente de todas nuestros actos, en cada una de las actividades, es decir, que la serenidad se logra en la adecuación del adentro hacia fuera, en todo momento y en la medida en que nuestro mundo interior se vaya aclarando y descongestionando del mundo exterior…

1 comentario:

Al dijo...

Que hermosa entrada! en tiempos de consumismo, de corridas, de exceso de trabajo como los que hoy se viven, es verdaderamente sabio hacer una pausa y nutrir al Ser.
Una meditación, un ejercicio de relajación, una oración son herramientas importantes para conectarse con la Luz y vivir en armonía con lo verdaderamente bello.
Un beso, con afecto