El valor de la gratitud se ejerce cuando una persona experimenta aprecio y reconocimiento por otra que le prestó ayuda. No consiste, necesariamente, en devolver ese favor con otro igual, sino en mostrar afecto y guardar en la memoria ese acto de generosidad.
Ser agradecido es apreciar a cada momento lo que los demás hacen por nosotros y generar con ellos un compromiso de confianza: como estamos conscientes de su ayuda, podremos responder de igual forma cuando ellos requieran la nuestra. Cuando la confianza crece, se convierte en amistad: dos seres humanos comparten emociones, problemas, soluciones y la ayuda fluye siempre en las dos direcciones.
Te preguntarás, tal vez, cómo hacemos para agradecer algo que todavía no nos ocurrió.
Pues bien yo te propongo hoy que intentes desde lo más sentido de tu alma agradecer por todo aquello que la vida te regala. Como una conexión especial entre el maravilloso Universo y tu centro Espiritual…
Una bonita forma de comenzar el año sería justamente comenzar por agradecer. A mí me surgen muchas frases pero te invito que tú mismo armes las tuyas y con tu mayor sentimiento lo sueltes al Dios Universo quién todo lo percibe, quien todo lo ve y lo escucha…
Hoy estoy tan agradecida por sentir tan cercana al Espíritu del Dios Universo en todas las cosas, en todos los seres…
Doy gracias por todo lo que tengo que es muchísimo más de lo que podía soñar…
Gracias por mi pasado que me formó como persona, mi presente que me hace disfrutar de quién soy, y mi futuro que me traerá todo aquello que me proponga...
Gracias por la inmensa sabiduría que me impartes…
Gracias porque Tu me apacientas y me calmas cuando más lo necesito…
Tú me enseñaste el perdón y ahora puedo sentir paz…
Gracias por la capacidad de amar y sentirme amada…
Te agradezco por la visión de Prosperidad Universal que he adquirido…
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