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lunes, 29 de junio de 2009

Zanahoria, huevo o café?



Una hija se quejaba con su padre acerca de su vida y cómo las cosas le resultaban tan difíciles. No sabía que hacer para seguir adelante, estaba cansada de luchar y parecía ya darse por vencida.

Su padre buscaba la mejor manera de demostrarle que debía hacer. Entonces llenó tres ollas con agua y las colocó en el fuego fuerte. Pronto el agua comenzó a hervir. En una de las ollas colocó una zanahoria, en la otra u huevo y en la última unos granos de café; los dejó hervir sin decir una sola palabra.

La hija esperó impaciente preguntándose que estaba haciendo su padre.

A los veinte minutos el hombre apagó elfuelo. Sacó la zanahoria y el huevo y los colocó en diferentes recipientes. Coló el café y lo colocó en una taza, y mirando a su hija le dijo:

_ Los tres alimentos se enfrentaron a la misma adversidad, agua hirviendo, pero los tres reaccionaron de diferentes maneras. La zanahoria llegó al agua fuerte y resistente, pero después de pasar por el agua hirviendo se ha vuelto débil, fácil de deshacer.

El huevo había llegado frágil, su cáscara era finita; pero después de estar en el agua hirviendo, su interior se endureció.

Los granos de café, sin embargo son únicos. Después de estar en el agua, cambiaron el agua!!!

¡Cuál eres tú? Le preguntó a su hija. Cuando la adversidad llega a tu vida, cómo respondes?, como la zanahoria, el huevo o los granos de café.?...

La misma pregunta nos podemos hacer nosotros, ¿somos una zanahoria que parece fuerte y cuando el dolor nos toca nos volvemos débiles y sin fortaleza?

O a caso somos como el huevo? Que nacemos con corazón maleable, espíritu fluido y después de una muerte, de una separación, de un divorcio, o de un despido nos volvemos más rígidos y duros. Por fuera nos vemos iguales pero por dentro somos amargados y ásperos.

O por el contrario somos como el grano de café? Y logramos cambiar aquello que nos causa el dolor y la quemazón como el agua hirviendo.

Recuerda: Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor. Si eres como el grano de café cuando las cosas se ponen peor sabrás manejar la adversidad y reaccionar de la mejor manera posible para mejorar aquella situación dolorosa.

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