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lunes, 30 de agosto de 2010

Amar lo que es...


Adaptado por Mariela del maravilloso libro de Byron Katie. En sus párrafos podrás encontrar otra manera de ver la realidad… Si esta lectura es de tu agrado, en días sucesivos te iré contando un poco más a cerca de él y su contenido para llevar a cabo el ejercicio de poner en práctica su sabiduría.

Sufrimos cuando creamos un pensamiento que está en desacuerdo con lo que es… Cuando quieres que la realidad sea diferente de lo que es…Desear que la realidad sea diferente de lo que es, es un deseo imposible de satisfacer. Y aun así, si prestas atención advertirás que tienes pensamientos de este tipo docenas de veces al día: «La gente debería ser más amable», «Debería educar mejor a sus hijo», «Mis vecinos deberían cuidar mejor su césped», «La cola del supermercado debería avanzar más deprisa», «Mi mujer (o mi marido) debería estar de acuerdo conmigo», «El gobierno debería hacer esto o aquello». Estos pensamientos constituyen distintas maneras de querer que la realidad sea diferente de lo que es. Toda la tensión que sentimos se origina en nuestras discusiones con lo que es. Muchas personas dicen a menudo: «Pero si renunciase a mi discusión con la realidad perdería parte de mi poder. Si simplemente acepto la realidad, seré pasiva. Quizás incluso pierda el deseo de actuar». Pero pensemos en estas preguntas: «¿Tienes la absoluta certeza de que eso es verdad?». Observemos estos diferentes puntos de cuestionarnos: «Ojalá no hubiese perdido mi trabajo» o «He perdido mi trabajo; ¿qué puedo hacer ahora?» Ahora responde que frase es la que te dá más poder? La primera? O la segunda?...

Amar lo que es revela que lo que piensas que no debería haber sucedido sí debería haber sucedido. Debería haber sucedido porque así fue y ningún pensamiento del mundo puede cambiarlo. Eso no quiere decir que lo toleres ni que lo apruebes. Sólo significa que eres capaz de ver las cosas sin resistencia y sin la confusión de tu lucha interior. Nadie quiere que sus hijos enfermen, nadie quiere ser víctima de un accidente de coche; pero cuando estas cosas ocurren, ¿de qué forma podría ayudar discutir mentalmente con ellas? Sabemos que no tiene sentido, y sin embargo, lo hacemos porque no sabemos cómo dejar de hacerlo.

Soy una amante de lo que es, no porque sea una persona espiritual, sino porque, cuando discuto con la realidad, sufro. Podemos saber que la realidad está bien tal como es porque, cuando discutimos con ella, sentimos tensión y frustración. No nos sentimos normales ni equilibrados. Cuando dejamos de oponernos a la realidad, la acción se convierte en algo sencillo, fluido, amable y seguro.

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