Tengo un compañero de trabajo que tiene 77 años, pero si lo conocieran nunca se darían cuenta de su edad, por su jovialidad, vitalidad física y mental… Maneja Internet, recibe y envía e-mails y como es uno de los vendedores de mayor experiencia de la empresa, recorre todas las provincias de nuestro país, conduce él solo todos los kilómetros haciendo el recorrido, visitando los clientes que le toque el mes en curso. Es un hombre con el que me da gusto conversar, sumamente optimista, alegre y agradecido de la vida…Nunca lo escuché quejarse de nada, nunca lo escuché tampoco hablar mal de nadie, ni hacer crítica alguna. Imagínense que a lo largo de sus años, que no son pocos, ha vivido diferentes experiencias, algunas más alegres que otras seguramente, pero así y todo lo que cuenta de su niñez y juventud, habiendo recibido siempre sanos consejos de sus padres y dentro de una familia italiana humilde, tiene siempre muy buenos recuerdos y un motivo para llegar alegre, decir un “piropo” o contar un chiste… Hoy sin ir más lejos, por ejemplo, cuando llegó me dijo: “ Qué día maravilloso! Un día más, que me regala la vida! Cómo no voy a estar feliz y agradecido si he amanecido”… Me encanta escucharlo hablar así por que es una persona que transmite con sabiduría, la sabiduría que tienen los hombres con grandeza… Transmite optimismo, que muchas veces los más jóvenes no tenemos, ni esa virtud de ver la vida de esta manera… Siempre me cuenta de sus hijos que viven muy lejos, en Suiza más precisamente y lo que más me conmueve de sus relatos es el amor con el cuál me habla de ellos, (el mismo amor que demustra cuando habla de sus padres, que obviamente fueron ellos quienes se lo transmitieron a él) de sus nietos y la sabiduría que tienen sus palabras, de cómo ve la vida y como la expresa… él dice que el tesoro más grande que les puede dejar a sus hijos es el amor, la unidad, los momentos compartidos, la educación y el respeto. Él dice, que se siente satisfecho de su vida por que su riqueza más grande es la familia que formó, los recuerdos de su infancia, los países y paisajes visitados que quedarán para siempre en su memoria y sus retinas y que todo lo demás sobra… Sobra lo material, sobra lo económico, y que si la gente se diera cuenta de esto, todo sería más fácil, no existiría la envidia, las peleas por poder, por dinero, y la satisfacción del ser humano estaría en las cosas simples y cotidianas de la vida… Una sabia reflexión, no lo crees?…
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