Para sanar la tierra como lo hicieron nuestros ancestros hemos de reconocer y honrar todo aquello que habita en ella junto con nosotros. Las antiguas enseñanzas nos dicen que el agua es la medicina más poderosa sobre la tierra. Sin este elemento puro la vida se acabaría. De hecho nuestro cuerpo físico está constituido en un 70% por agua.
Hay una correlación directa entre la salud de nuestras aguas y la salud de todos los seres vivos que beben de ellas. Somos conscientes del daño que hemos ocasionado al tratar de cambiar la manera en la que funciona la Madre Tierra y también sabemos que la sanación de las aguas es nuestra responsabilidad. En esta oportunidad te convoco para aunar la fuerza, la sabiduría y la comprensión que necesitamos para combatir las energías negativas que afectan a las vías fluviales de todo el mundo.
Cada 22 de Marzo, día Mundial del Agua, uniremos nuestros corazones e intenciones para devolver la pureza, la abundancia y el equilibrio a las aguas para todos los habitantes del planeta. Gente de todo el mundo estará focalizada como tú en este esfuerzo masivo. ¡Hagamos que sea posible, que suceda!
No hay una única forma de lograr la sanación de las aguas. Todas las intenciones hechas desde el corazón sincero y amoroso serán escuchadas. Será el “Efecto combinado” de todas las intenciones en ese día en particular lo que aumentará las energías sanadoras de manera potencial. Cómo podemos colaborar? Si no tienes posibilidades de acercarte hasta un río, lago o laguna, mar, arroyo, etc. puedes de todas maneras realizar tu alabanza sincera y pedido desde lo profundo de tu alma a éste recurso natural tan preciado como lo es el agua. Simplemente llena con agua un cuenco, obsérvala, siéntete libre de expresarle con amor un reconocimiento de valor a su potencial divino… Pídele perdón por la contaminación que los hombres le ocasionamos a sus moléculas, a su esencia… Puedes cantarle, bendecirla, rezarle, agradecer sus beneficios. Lo más importante es que lo hagas con verdadera conciencia de sanación… Luego puedes conservar el agua del cuenco para beberla o cocinar. Y te pido un último favor, no realices esta sanación con el grifo abierto. No dejes correr el agua para que no se desperdicie. Este mismo ejercicio puedes realizarlo todas las veces que lo desees, cada vez que utilices este recurso natural. Será de gran valor que lo realicen en familia, y que los niños de la casa participen también y aprendan la valoración del agua como fuente de vida. Explicarles que es de vital importancia para los humanos, las plantas, los animales, los sembradíos, etc., etc., etc. De esta manera lograremos hacer germinar en los niños, las semillas sembradas en nuestras almas por nuestros ancestros sanadores y volver a ejercitar los hombres de la tierra de manera simple y natural nuestro potencial divino; el que se halla dormido, olvidado… El que espera ser recuperado nuevamente por los humanos, puesto que todos llevamos, como una chispa divina, un sanador dentro…
Mariela, Desde Mi Jardín...
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