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miércoles, 1 de septiembre de 2010

Pon la mente en el papel: Amar lo que es (Parte II)


El primer paso del ejercicio de “Amar lo que es” consiste en escribir tus juicios sobre cualquier situación estresante de tu vida pasada, presente o futura: una persona que te desagrada o te preocupa, una situación que te provoca enojo, miedo o tristeza, o alguien ante quien sientes ambivalencia o confusión. Escribe tus juicios tal como los piensas. Durante miles de años, nos han enseñado a no juzgar; pero, seamos sinceros, de todos modos lo hacemos sin parar. La verdad es que todos tenemos siempre juicios en la cabeza. Tal vez descubramos que es posible enfrentarse incluso a los pensamientos más desagradables con un amor incondicional. Te invito a que escribas sobre alguien a quien no hayas perdonado totalmente. Este es el lugar más eficaz por donde empezar. Aun cuando hayas perdonado a esa persona en un 99 por ciento, no serás libre hasta que tu perdón sea completo. Ese 1 por ciento que no has perdonado es precisamente el lugar en el que te has atascado con el resto de tus relaciones (incluida la relación contigo mismo).

Si empiezas por dirigir el dedo acusador hacia fuera, entonces el centro de atención no recaerá en ti. Sencillamente te soltarás sin censurarte. Con frecuencia estamos bastante seguros sobre lo que otras personas necesitan hacer, cómo deberían vivir y con quién deberían estar. Cuando se trata de otras personas, tenemos una visión clara, pero no sucede lo mismo con nosotros mismos. Al realizar este ejercicio, comprendes quién eres porque ves quiénes crees que otras personas son. Con el tiempo, llegas a ver que todo lo que está fuera de ti es un reflejo de tu propio pensamiento.

Eres el narrador de la historia, el proyector de todas las historias, y el mundo es la imagen proyectada de tus pensamientos.

Desde el principio de los tiempos, la gente ha intentado cambiar el mundo a fin de ser feliz. Esto nunca ha funcionado porque aborda el problema en el orden contrario. El ejercicio que hoy te presento, en cambio, nos brinda un medio para cambiar el proyector -la mente- en lugar de lo proyectado. Esto constituye el fin del sufrimiento y el principio de la dicha en este plano.
Ejercicio: Responde las preguntas siendo concreto, realista y crítico. Escribe puntualmente el nombre de la persona que provoca tu enojo. A este ejercicio Byron Katie, la autora del libro, lo denomina “Hoja de trabajo para juzgar a tu prójimo”

1. ¿Quién provoca tu enojo o tu tristeza o te decepciona? ¿Qué es lo que no te gustaba o todavía no te gusta de esta persona? (Recuerda: sé duro, infantil y mezquino.) No me gusta …..(Nómbralo) (Estoy enojado con….(Nómbralo), o triste o confundido porque ………………………
 
2. ¿Cómo quieres que cambie? ¿Qué quieres que haga? Quiero que…….. (Nómbralo) haga …………….
 
3. ¿Qué es lo que debería o no debería hacer, ser, pensar o sentir? (Nombre) no debería …………………..

4. ¿Necesitas algo de esa persona? ¿Qué tiene que darte o hacer para que seas feliz? (Puedes pedir absolutamente todo lo que quieras. ¡Adelante!) Necesito que …(Nómbralo)…………

5. ¿Qué piensas de esa persona? Haz una lista. (No seas racional ni amable.) (Nombre) es …………………….

6. ¿Qué es lo que no quieres experimentar nunca más con esa persona, cosa o situación? No quiero nunca más o me niego a ……………..

Ahora, bien es tu turno de indagarte a ti mismo…

Una a una, someteremos cada afirmación de tu «Hoja de Trabajo para juzgar a tu prójimo» a la prueba de las cuatro preguntas, y después invierte la afirmación con la que estés trabajando.

A lo largo de este proceso, explora la apertura a otras posibilidades que están más allá de lo que crees saber. Comprobarás que no hay nada más excitante que descubrir la mente desconocida. Continúa haciendo la pregunta y espera. Permite que sea la respuesta quien te encuentre. Cuando la mente pregunte sinceramente, el corazón responderá. Quizás empieces a experimentar revelaciones sobre ti y tu mundo capaces de transformar tu vida entera, para siempre. Observa la primera afirmación que has escrito en el punto 1 de tu Hoja de Trabajo. Ahora, hazte las siguientes preguntas:

1. ¿Es eso verdad?
2. ¿Tienes la absoluta certeza de que eso es verdad?
3. ¿Cómo reaccionas cuando tienes ese pensamiento?
4. ¿Quién serías sin ese pensamiento?

2 comentarios:

Alicia dijo...

Muy interesante, es una buena propuesta que llevaré a cabo en estos días.
En tanto, te dejo mis saludos, con mucho amor

Mariela dijo...

Hola Al! Me alegro te resulte interesante y te de resultado llevarlo a cabo. Pronto publico la ùltima parte de la resolución del ejercicio que seguramente te dará más de una respuesta...
Un beso grandísimo y después me contás como fué...
Mariela.